En las últimas horas Turquía y Siria fueron los escenarios de una catástrofe tras ser afectadas por un sismo de 7,8 en la escala de Ritcher. Demás está decir que frente a incidentes de semejante magnitud se activan en primer lugar protocolos tendientes a salvaguardar la vida de las personas, su salud, seguridad, alimento y abrigo.
Ahora bien, en particular quiero enfocarme sobre qué herramientas aporta la psicología frente a situaciones de crisis, en qué consisten y quiénes pueden utilizarlas.
Así como estamos habituados a escuchar sobre los primeros auxilios (desde lo médico), en salud mental existe un recurso clave que todos debemos conocer:
Los primeros auxilios psicológicos o primera ayuda psicológica (PAP).
“Según Esfera (2011) y IASC (2007), la primera ayuda psicológica describe una respuesta humana, de apoyo a otro ser humano que está sufriendo y que puede necesitar ayuda.” Veamos de qué se trata.
La PAP está dirigida a personas angustiadas, afectadas recientemente por un acontecimiento crítico grave. El modelo propone una primera respuesta oportuna, es decir, en el momento de la crisis o el inmediatamente posterior, y puede realizarse donde esté físicamente la persona con las medidas de seguridad apropiadas para cada situación. En tal sentido, siempre es recomendable que se desarrolle en un ambiente seguro y privado para preservar a quien está atravesando una situación de vulnerabilidad.
Otra de las características de la PAP es que puede aprenderla y realizarla cualquier persona de la comunidad, es decir, no se requiere formación profesional, aunque es importante aclarar que hay situaciones que requieren apoyo experto inmediato, como cuando hay riesgo de daño a sí mismo o a terceros.
Para comenzar, hay cuatro aspectos principales que debemos tener en cuenta:
- Respetar la seguridad, la dignidad y los derechos de las personas a las que se está ayudando.
- Adaptar la propia acción a la cultura de las personas.
- Considerar otras medidas de respuesta a la emergencia.
- Cuidarse a uno mismo.
Por otra parte, la PAP es parte de una respuesta más amplia frente a eventos disruptivos y dentro de lo que se denomina intervenciones en SMAPS (Salud Mental y Apoyo Psicosocial) por eso es fundamental operar de formar coordinada con aquellos que estén a cargo de la gestión de la crisis.
Ahora bien, ¿cómo se brindan estos primeros auxilios psicológicos? Las palabras claves que tienen que guiar nuestro accionar son:
- Observar
- Escuchar
- Conectar
Observar: implica ser conscientes del contexto. Prestar atención a los factores que debemos tener en cuenta para la seguridad propia y de los demás, identificar las personas que tengan necesidades especiales o mayores riesgos, para luego conectar con los servicios más adecuados.
Escuchar: las personas que han vivido una crisis, pueden estar alteradas, ansiosas o confundidas. Lo primero que debemos hacer es mantener la calma y demostrar comprensión. Si bien es frecuente que el sujeto relate lo ocurrido, no debemos presionar para que ello suceda, sino simplemente acompañar para que, si así lo desea, pueda desplegar su historia. Esta escucha que se propone, debe ir necesariamente acompañada de la confidencialidad sobre dicha información. La OMS señala que hay que aprender a escuchar con los ojos, prestando a la persona toda su atención, con los oídos, escuchando sus preocupaciones de verdad y con el corazón, siendo atento y respetuoso. Es dable aclarar que escuchar no es aconsejar, sino generar esa actitud para que alguien pueda hablar sobre sus necesidades y preocupaciones. A la distancia también se puede escuchar y eso no debe ser un obstáculo para comunicarse.
Conectar: implica contar con información fiable para poder suministrarla de acuerdo a los requerimientos de la situación y vehiculizar el acceso a los distintos servicios. Ayudar a las personas a resolver sus necesidades básicas y conectar con sus seres queridos y con las redes de apoyo social. Siempre es importante entender nuestro rol y límites, y ayudar a las personas a darse cuenta de sus propios recursos y fortalezas para hacer frente a la crisis.
Carmen Valle- Trabadelo, psicóloga española con gran experiencia en cuestiones humanitarias y de cooperación internacional, propone que se forme en PAP especialmente a los trabajadores de primera línea, trabajadores esenciales, fuerzas de seguridad, funcionarios y cuidadores. También, en el caso de niños y adolescentes, a docentes, para que puedan detectar comportamientos de riesgo y referirlo a los servicios especializados.
Finalmente, cuidarnos para poder cuidar. Debemos atender tanto al bienestar emocional propio, como al del que estemos acompañando, para no exponernos ni poner al otro en mayor riesgo. La información expuesta, que surge de recomendaciones que brinda la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, es de libre acceso, a través de su página web institucional, donde adicionalmente se puede realizar un curso gratuito y autoadministrable para formarse en primeros auxilios psicológicos. Pongamos en agenda la salud mental, desde el entendimiento que es un derecho de todos, pero también una responsabilidad. La primera ayuda psicológica, se ocupa tanto del apoyo social como el psicológico, y el único requisito para poder aprenderla es querer hacerlo. Todos podemos necesitarla en algún momento. La invitación está hecha.